miércoles, 22 de mayo de 2013

Colombian Productions and Projects Circulating in Cannes - Anna Marie de la Fuente



                                          MAY 19, 2013 | 06:00AM PT

Colombian Productions and Projects Circulating in Cannes


Alias Maria
Producers: Rhayuela, Axxon Films (France),
Sudestada (Argentina)
Director: Jose Luis Rugeles
Details: Social drama. Financing under way.
Buenaventura mon amour
Producers: Mon Amour Prods., Rhayuela
Director: Jose Luis Rugeles
Details: Transmedia music and dance drama set in salsa capital, Cali.
Default
Producer: Ennovva Films
Director: Simon Brand
Details: Found-footage English-language thriller
Sales: Wild Bunch
Delirio
Producers: 64-A Films, Film Fatal (Spain)
Director: Chus Gutierrez
Details: Romantic comedy set in Cali. Shoots in August.
El duende
Producer: 64-A Films
Director: Jorge Navas
Details: English-language paranormal thriller.
Gallows Hill
Producers: Ennovva Films, A Bigger Boat, Launchpad (U.S.)
Director: Victor Garcia
Details: English-language supernatural thriller starring Peter Facinelli, Carolina Guerra, Sophia Myles.
Sales: IM Global
La olla magica
Producer:
Cachupedillo Cine
Director: Jairo Eduardo Carrillo
Details: Kid-targeted animated feature. In production.
Lejos del mundo
Producers: Ennovva,
De La Tierra, Tornasol (Spain)
Director: Gerardo Herrero
Details: Dark comedy thriller starring Carmelo Gomez.
Lo azul del
cielo (1)
Producer: Prods. del Cielo
Director: Juan Alfredo Uribe
Details: Romantic thriller. Released in Colombia in January.
Sales: Outsider Pictures
Lobos perdidos
Producer: 64-A Films
Director: Carlos Moreno
Details: Black comedy thriller in development
Los hongos
Producers: Burning
Blue, Arizona Films (France), Mantarraya (Mex)
Director: Oscar Ruiz Navia
Details: Upcoming pic from helmer whose short, Solecito, is a Directors’ Fortnight entry.
Malanoche
Producer: Prods. del Cielo
Director: Juan Alfredo Uribe
Details: Adaptation of Colombian author Jorge Franco’s first novel; in development
Que viva la musica!
Producers: Dynamo, Itaca Films (Mex)
Director: Carlos Moreno
Details: Transmedia coming-of-age drama set against dance/music scene in Cali; in pre-prod.
Roa
Producers: Dynamo, Patagonik (Argentina), RCN Cine / Ennovva
Director: Andres Baiz
Details: Historical thriller starring Mauricio Puentes and Catalina Sandino Moreno.
Sales: Urban
Distribution Intl.
Scribe
Producers: Antorcha Films, Overbrook, XYZ Films, All Rise Films (U.S.)
Directors: Michael
and Jeff Zimbalist
Details: Jada Pinkett Smith stars in and co-produces this bilingual mystery.
The Vanished Elephant
Producers: El Calvo Films (Peru), Dynamo (Colombia)
Director: Javier
Fuentes Leon
Details: Thriller about a crime writer whosegirlfriend disappears.
Sales: Urban
Distribution Intl.

El Espectador Imaginario. Crítica: LO AZUL DEL CIELO Por: Enrique Posada



Seguramente, muchos de los lectores habrán oído hablar de Medellín, una ciudad colombiana situada en un precioso valle, regada por centenares de arroyos y cruzada por el Río Aburrá, rodeada por dos altivas cadenas montañosas y rica en árboles y en verde, poblaba por gentes emprendedoras y amables. Ciudad que se transforma a pasos agigantados hacia la creatividad y que aspira a que sea nombrada como la ciudad más innovadora del  mundo (en lucha finalista con Nueva York y Tel Aviv, ver http://online.wsj.com/ad/cityoftheyear). Pero me temo que más bien identificarán a la ciudad como la tristemente famosa sede del cartel de Medellín, la violenta ciudad de la cocaína y el narcotráfico. Entre estos dos mundos opuestos se mueve la primera película del director Juan Alfredo Uribe, que abre el ciclo de películas colombianas en el año 2013. Según comenta el director, escribió el guion basado en una obra de teatro inédita, experimentando un proceso de varios años en el cual evolucionó, desde ser una historia violenta al estilo de las del mundo del sicariato, para convertirse más bien en un relato de amor, en el cual la ciudad se vuelve protagonista, dejando ver sus verdes, sus luces, sus sitios recónditos y encantadores, sus hechos urbanos, su música, su arquitectura y su arte.
El protagonista es un hombre joven e inmaduro, sin ningún plan de vida, sin trabajo, sin estudio, que se la pasa entre su hogar, curiosa mezcla de racionalidad y disfuncionalidad, su equipo de microfútbol y sus amigos deportivos. De una forma más bien improbable y traída de los cabellos, termina convertido en cómplice de un secuestro hasta verse, como era de esperar, metido en una espiral de complicaciones que, en una forma todavía más incoherente, lo llevan al amor, a la madurez, a la sensatez, a la refinación y al gusto por el orden, por lo sensible y lo musical.
Es lo azul del cielo, ese espacio profundo, infinito, que aparece de la nada, luego de que se agotan las tormentas y sus oscuros nubarrones. Bien improbable es que un joven indisciplinado, casi criminal, se transforme en un ser capaz de degustar la música clásica y de amar con gentileza y respeto a una mujer confiada y soñadora.
¿Entonces qué ha hecho el guionista-director? ¿Desarrollar una historia que se adivina incoherente y poco convincente? O, quizás, proponer en ella una metáfora de nueva ciudad, que surge de las cenizas de la superficialidad materialista, de la búsqueda del dinero fácil, del rebusque malicioso, del machismo intolerante, de la miseria y de la violencia casi inevitables, para convertirse, como por arte de magia, en una de las ciudades más sorprendentes del mundo.
Como vivo en esta ciudad y como sueño con el azul de sus cielos, que se deja ver matizado por sus verdes montañas, me dejé enganchar por esta historia, dejando de lado los racionalismos y cierto espíritu caníbal, que nos lleva a la autodestrucción y al menosprecio de los intentos que hacen sus habitantes, como es el director Juan Uribe, para hacer de la ciudad y de sus leyendas algo valioso y memorable. Es en esta forma que el cine universal nos ha hecho ciudadanos de Nueva York, Estambul, Praga o Venecia, llevándonos por sus calles, sus parques, sus hitos urbanos, de la mano de infinidad de historias, que se van contando; unas permanecen, otras se van perdiendo en el tiempo. Pero la ciudad queda para el recuerdo ilusionado, si la conocemos, o para el deseo de visitarla algún día.
Debe destacarse en este filme el aspecto musical. Seguramente ello tiene que ver con el trabajo de Peter Golub, compositor que ha intervenido en varios largometrajes de prestigio. La música es un elemento vital en esta metáfora de hombre-ciudad que se transforma. En su banda sonora se ha dado oportunidad a talentosos músicos locales para que sus obras e interpretaciones hagan parte del mundo del cine. La ciudad ha venido creciendo musicalmente y en ello se recrea Lo azul del cielo, varias de cuyas escenas mejor logradas transcurren en algunos de los exquisitos lugares que esta ciudad ha reservado para la música.
Hacia el final, uno de los personajes decide consolar a la protagonista, que está muy triste por lo que le ha pasado al perder su enamorado. Para ello, le cuenta dulcemente un cuentecito, como si se tratara de un padre que le lee a su hijo una historia antes de dormir. Entonces empieza un momento mágico y novedoso, pues el cuentecito aparece en la pantalla con palabras bellas e imágenes a modo de stop motion, basadas en el story board de la película. Un remate esperanzador para contribuir, de alguna forma, a resolver la violencia y el sufrimiento: dejar que se disuelvan en una historia contada, en un mito, en arte que se desliza y que se vuelve imagen de cine.
Por otra parte, una cosa son los sueños y, otra, las realidades. Como bien se advierte en la película, las cosas no son tan fáciles ni tan musicales y armoniosos los espacios. Los malos espíritus ciudadanos no solamente mueren cuando caen los sicarios y los bandidos, sino que reencarnan en espirales de violencia que anuncian continuas tormentas y nubarrones en los cielos de una ciudad como esta, con tanta fuerza que puede arrastrar a todos sus habitantes. Las tareas y las responsabilidades de la innovación van más allá de los buenos deseos, deben convertirse en creaciones permanentes. Hacer cine local, disfrutar del cine local, comentar el cine local, contribuye a crear una idea estable y permanente de la ciudad que vale la pena. Me atrevo a pensar que a eso le apunta Lo azul del cielo, y por ello habría que verla y sentirla. http://www.elespectadorimaginario.com/lo-azul-del-cielo/

LO AZUL DEL CIELO, una reflexión. Por: Nelson Rendón Garro

Lo azul del cielo es una película con una narración visual que inmediatamente llama la atención del espectador porque no se reduce a los movimientos de cámara convencionales, como que esto es un diálogo y este se filma de la manera en que está escrito en un catálogo. En la primera escena, de los muchachos que practican fútbol, la cámara juega con los deportistas, los sigue en su driblar con el balón, para construir la atmósfera de unos muchachos que se divierten en la noche. Luego viene el ritmo del motociclista con cortes rápidos que indican el recorrido por las calles de la ciudad nocturna. La historia está dividida en dos grandes actos: el primero se podría decir que es el de la noche y luego aparece el del día, después de la muerte del profesor español secuestrado; el día sería el acto de la claridad, del amor, el cual se ve frustrado por la aparición, nuevamente, de la noche. En el personaje Camilo también se advierte este cambio: en el acto de la noche es un muchacho barbado, mal presentado, que hace parte de una familia mediocre; el papá no vive con ellos y la hermana es una prepago. Camilo, al no sentir muchos deseos de trabajar, se inclina por el dinero fácil y se presta para cuidar al secuestrado. En el acto del día, Camilo aparece sin barba, con ropa limpia y cabello cuidado; estudia música con el fin de conquistar a Sol, la hija del secuestrado. Pero a este personaje no lo atormenta el remordimiento por lo que ha hecho; es un muchacho fresco que busca el amor, sin ninguna convicción; no es el arrepentido que se quiera redimir, y esto se comprueba en el desenlace cuando intenta huir con el dinero y es asesinado por uno de los secuestradores. No se podría tomar la construcción de este personaje como una falla en el guión; más bien se asemeja al momento que viven los jóvenes en este mundo; la vida fácil, sin preocupaciones profundas, sin el remordimiento nacido de una doctrina cristiana, sin la fuerza de un pensamiento moral; si soy malo, por amor me convierto en bueno. Entre las características de todo arte está la precisión y la sobriedad que se tengan para contar una historia. Lo azul del cielo no cae en excesos; las imágenes narran lo necesario, sin entrar en repeticiones inútiles para alargar la película; tampoco se atiborra con sangre para mostrar que alguien está herido en el combate o cuando el secuestrado muere, en medio del campo, él, simplemente, le manda el reloj a su hija, pero sin esos diálogos aburridos de despedida. Cuántas películas manchan la pantalla con escenas de sangre que lo único que producen son náuseas; tripas salidas, camisas ensangrentadas, charcos de sangre. Este amarillismo pernicioso no se encuentra en esta película, lo que la diferencia de otros filmes que tratan el tema de la violencia. Es bueno que una película se despoje de las normas impuestas para ser filmada y se dedique a contar la historia valiéndose del conocimiento técnico. Decir que voy a hacer una película de género es empezar con un problema ajeno a la historia; más bien el oficio de rodar una película consiste en explorar en esta, por ejemplo, el género de la noche, de la muerte, pero sin repetir los mismos clichés de siempre. Lo azul del cielo juega con los parámetros de la noche y el día, y maneja muy bien estos dos universales: la noche como símbolo de la muerte y el día como símbolo de la vida; a partir de estos parámetros desarrolla, en el segundo acto, la conquista amorosa de Camilo; el ambiente cambia radicalmente; aparecen los espacios universitarios con las salas de música y las zonas de esparcimiento; el campo deja de ser ese paraje frío con una casa campesina y secuestradores rudos para darle entrada al paisaje luminoso de la relación de pareja. Sol, al igual que su padre, es la víctima de una violencia ajena a su cotidianidad. Por esto la trama se resuelve entre los secuestradores; los compañeros de Camilo salen de la cárcel y lo buscan para repartirse el dinero del rescate; esto produce un enfrentamiento entre ellos y, además, Camilo es perseguido por la policía. La historia no existe por fuera de una realidad; el guión supo leer esta sin reducirse al sentimentalismo de la víctima y el victimario. Considero que este es un acierto de la película porque rompe con los repetidos paradigmas del cine de buenos y malos. Una de las virtudes de esta película es que escapa al provincianismo para entrar a una narración más universal; con diálogos generales, sin atiborrarlos del argot de los llamados malos. Lo azul del cielo es una película que igualmente se puede ver en Miami como en Cali, en Barcelona o en Santiago de Chile. Poco a poco la cinematografía nacional se está dando cuenta que las películas no se filman únicamente para un público local (El paseo 1 y 2), cuyos espectadores asisten a la sala para reírse con el mismo humor de Sábados felices; ¡ay!, es que somos tan graciosos. Lo azul del cielo universaliza la descomposición de una familia y la violencia que existe con el flagelo del secuestro, y lo hace desde lo local, presentando una historia que nos pertenece. El cine, como todo arte, universaliza historias que son locales; lo local se vuelve universal porque se convierte en una novedad para otros que desean conocer tiempos, espacios y personajes diferentes. La calidad narrativa y la fotografía, así como el desarrollo de la historia, le dan la posibilidad a cualquier espectador de entender la trama y reflexionar acerca de personajes como Camilo. http://guionycine.blogspot.com/2013/01/lo-azul-del-cielo-una-reflexion.html